lunes, 18 de mayo de 2015

Sobre cuidados de la salud innecesarios y cuidados necesarios

 
El año pasado la semFYC publicó el documento semFYC «No hacer» con  las primeras 15 recomendaciones de intervenciones médicas que no hay que hacer en la práctica clínica diaria. Diez recomendaciones están relacionadas con el tratamiento y cinco con los test diagnósticos. Esta iniciativa sigue a la que hace unos años elaboró la Alianza Nacional de Médicos (National Physicians Alliance) de Estados Unidos que puso en marcha un proyecto denominado Choosing Wisely (Elegir con Prudencia). También se inspira en  el «Do not do» del National Institute for Health and Care Excellence (NICE) de Reino unido que identifica algunas prácticas clínicas que recomienda no hacer, ya sea porque no aportan beneficio, porque la relación entre riesgos y beneficios no está clara o porque no existe suficiente evidencia para aconsejar su uso sistemático.


En relación con la tendencia a "no hacer", hoy comentamos en el blog un reciente artículo publicado en la revista The New Yorker “Overkill” que es de obligada lectura para todos los que  queremos conocer las nuevas tendencias en cuidados médicos ya que reflexiona sobre los cuidados de salud innecesarios y necesarios, y lo que no hay que hacer en la practica clínica diaria . El artículo es extenso pero fácil de leer, y solo voy a destacar lo principal. El autor, cirujano especializado en tumores tiroideos, nos habla sobre los cuidados médicos de bajo valor o innecesarios, a raíz de su lectura del artículo publicado en JAMA Measuring Low-Value Care in Medicare. A través de experiencias personales como médico, y experiencias de familiares y amigos nos relata el desajuste entre los cuidados médicos que son necesarios y los que no lo son, y las consecuencias negativas que pueden traer.
Los médicos nos acordamos mucho, y queda grabado en nuestro cerebro, cuando nos equivocamos al no haber pedido a tiempo una prueba diagnóstica, pero no nos acordamos de las que pedimos y cuyo resultado no nos aporta nada al diagnóstico. En las últimas dos décadas, se ha triplicado el número de cánceres de tiroides detectados y operados en los Estados Unidos, pero no se ha reducido la tasa de mortalidad en absoluto. Se detectan más canceres pero estos son canceres “tortuga” que no van  dar problemas o son de muy lenta progresión, mientras fallamos en detectar los cáncer “pájaros” o “liebres” que pueden dar problemas. Todo ello justifica que haya un movimiento que preconiza con razón que muchas veces “Menos es más: los peligros de demasiada medicina”.

Nos enfrentamos a una epidemia médica mundial de “sobre realización” de pruebas o test médicos, de “sobre diagnóstico” y de “sobre tratamiento”. A los médicos se nos paga por hacer más y no menos, y nos da más miedo hacer poco que hacer demasiado. Y a los pacientes les pasa igual, prefieren que seamos “generosos” haciendo pruebas y aplicando tratamientos. El autor nos habla sobre los comportamientos éticos a la hora de proporcionar los cuidados de salud, y revindica el papel de una Atención Primaria fuerte a la hora de racionalizar los recursos existentes.

El autor del artículo concluye con una reflexión que me parece muy acertada. Quizás damos mucho cuidado innecesario y estamos obviando el cuidado necesario. No es suficiente con eliminar el cuidado innecesario. Este tiene que ser remplazado con el cuidado necesario. Y ahí entra todo lo que podamos hacer, como profesionales sanitarios, para que nuestros pacientes y nosotros mismos mantengamos unos hábitos de vida saludables (Decálogo para vivir más, mejor y más feliz). ¿Porque no empezar por dar un consejo de salud en la consulta sobre estilo de vida saludable? Recurso costo efectivo y no usado en todas las ocasiones que deberíamos.
No os perdáis el video de Choosing Wisely
 

  

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