miércoles, 30 de julio de 2014

¿Es la religión buena o mala para la salud?

Existe desde hace mucho tiempo interés por conocer los posibles beneficios para la salud de la religión o la espiritualidad. Cientos de estudios de investigación sobre la asociación de la religión o la espiritualidad con la salud se han publicado en los últimos tres decenios, incluso libros sobre el tema. Varias son las dudas sobre la validez científica de dichos estudios según se comenta en una editorial de 2012 de la revista American Psychiatry:
 
·         ¿Sirve el método científico empírico para estudiar este campo que es tan subjetivo y personal?
·         ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la metodología empleada en dichos estudios?
·     ¿Cómo se puede medir la religión o la espiritualidad?. Difícilmente ya que son muchas las dimensiones implicadas: creer o no creer, afiliación a una religión, práctica religiosa (ir  a los oficios y/o participar económicamente), religión no organizada (meditación trascendental), religiosidad subjetiva (importancia que le damos  a la religión) , y bienestar  espiritual (creerse conectado a algo superior).
Todas estas preguntas le surgen al editorialista al analizar el estudio  Religiosity and major depression in adults at high risk: a ten-year prospective study que concluye que la religión o espiritualidad tienen un efecto protector sobre la recurrencia de  depresión, especialmente en personas con antecedentes familiares. Otros resultados en salud positivos se han encontrado en esta revisión de 2005 (Does religious activity improve health outcomes? A critical review of the recent literature). La práctica religiosa se ha relacionado con menor mortalidad y mayor supervivencia (Religiosity/spirituality and mortality. A systematic quantitative review) . Otra cosa es que dispongamos de evidencia científica que sustente que recemos para que otros se curen, que no la tenemos (Intercessory prayer for the alleviation of ill health), y si podemos aconsejar o prescribir que nuestros pacientes sean creyentes o practiquen una religión (fuera de lugar). Curiosamente se ha relacionado la práctica religiosa con estilos de vida más saludables.
No es una televisión, es la ventana Vía.Iñigo S. Ugarte
 

Todo lo escrito anteriormente me ha surgido al leer la entrada de Rafa Cofiño en su blog Salud Comunitaria Dejar de creer en Dios mejora la salud poblacional. Nos enfrentamos a una dicotomía, los beneficios para salud de la religión desde una perspectiva individual y las desastrosas consecuencias que las luchas de religión han traído y traen a la humanidad. Viendo en la televisión las imágenes de Gaza, no puedo uno más que plantearse cuan difícil es entender la naturaleza  humana y el espanto de sus acciones.

PD: Es simplificar mucho pensar que el conflicto árabe israelí sea solo un conflicto religioso. 
 
El blog se despide hasta septiembre , esperando que pare ya la guerra en Gaza y se alivie el sufrimiento humano.

Jerusalén 2008

 


 

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