jueves, 21 de marzo de 2013

Discapacidad, Actividad Física y enfermedad de Parkinson


La Deficiencia, la Discapacidad o la Minusvalía no son obstáculos insuperables para la Actividad Física, al contrario, es cuando es más necesaria. La sensibilidad social ante los problemas de discapacidad es un signo de madurez de una sociedad.

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa donde las víctimas tienen que lidiar con síntomas motores y no motores. Estos últimos incluyen la depresión, la apatía, insomnio y estreñimiento. La calidad de vida puede verse seriamente afectada, por lo que existe un gran interés en el desarrollo de intervenciones eficaces para tratar los síntomas del Parkinson. Recientemente se ha publicado un artículo en el Brithis Medical Journal BMJ sobre la promoción de la actividad y condición física en los pacientes sedentarios con enfermedad de Parkinson. Muchos pacientes con enfermedad de Parkinson adoptan un estilo de vida sedentario debido a sus dificultades motoras. Los pacientes con enfermedad de Parkinson podrían beneficiarse de la actividad física y el ejercicio, pero ¿cómo se les puede motivar a cambiar su estilo de vida sedentario y aumentar su nivel de actividad física? En el estudio publicado en el BMJ se ha evaluado un programa llamado ParkFit dirigido a incrementar los niveles de Actividad Fisica comparándolo con un programa de fisioterapia general. Se midieron además la condición física, la calidad de vida y las caídas. El Programa ParkFit no consiguió aumentar el monto de actividad fisca realizado por los pacientes, pero si aumentar su condición física, sin aumentar las caídas y sin cambios en la calidad de vida.




Los autores reflexionan sobre el hecho de que el cuestionario que se utilizó para medir el nivel de actividad física podría haber minimizado las diferencias entre los dos grupos estudiados. Por otra parte el programa  ParkFit se caracterizaba por el abordaje completo que se hizo para el cambio de conducta que incluía: fisioterapia y entrenamiento en actividad física, información a los participantes acerca de los beneficios del ejercicio, identificación de las barreras potenciales y los medios para superarlas, el establecimiento de metas con un contrato de salud y registro, el estímulo para hacer ejercicio en grupo, y el uso de un sitio web accesible por el paciente y el entrenador.
Los autores concluyen que los estudios que miden cambios de conducta son complejos y más en actividad física ya que esta puede incluir deportes, así como actividades no deportivas, y puede ser en el trabajo o en el ocio, en diferentes formatos (ciclismo, gimnasia o fútbol), intensidades (leve, moderada o intensa) y  duración. Las investigaciones futuras deberían centrarse en instrumentos integrales, válidos y fiables para medir con precisión todos estos aspectos del comportamiento en actividad física. Por otra parte tenemos que reflexionar sobre como promocionar la salud con el ejercicio y la actividad física según nos propone Alex Pérez en una reciente entrada de su blog el Piscolabis.
Se impone ser creativos e inovadores. Os invito a ver este aleccionador vídeo de pacientes con Parkinson y ballet que fue publicado en la BBC news. Excelente iniciativa.



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